El SATE puede instalarse en prácticamente cualquier tipo de edificio, tanto en obra nueva como en la rehabilitación de fachadas existentes. Se adapta a la perfección a viviendas unifamiliares, comunidades de propietarios, locales comerciales, edificios de oficinas o naves industriales. Su aplicación es viable sobre la mayoría de los soportes habituales en construcción, como ladrillo, bloque de hormigón, enfoscados de mortero o incluso sobre revestimientos antiguos, siempre que el soporte sea estructuralmente estable.